Entre 1919 y 1993 estudió con Paul Bar en la escuela Nacional de Bellas Artes de Quito, donde logró encausar un gran torrente de sensibilidad artística. Luego de permanecer durante doce años en un auto exilio, volvió a Ecuador y se estableció en Cuenca, y entre 1919 y 1946 fue profesor y director de la Escuela de Bellas Artes, academia de Pintura Remigio Crespo Toral. Fue reconocido por propios y extraños, como un artista de clase internacional. Su capacidad y carisma para enseñar han pasado a la posteridad.