Personaje muy popular en el barrio de El Vado, propietaria de un salón que tenía una rockola que con un sucre dejaba escuchar cuatro canciones selectas. Su amabilidad para los clientes era lo que diferenciaba de otros similares. Muy concurrido el local por estudiantes universitarios que iban a festejar la aprobación o pérdida del año en sus estudios y muchas ocasiones dejaban sus libros de prenda por falta de dinero.